Área Sanitaria de Melilla

Dos décadas de donaciones en el Hospital Comarcal

16-may-2010

 


En el proceso participa un centenar de personas

El pasado 26 de abril en el Hospital Comarcal de Melilla se procedió a la donación de los órganos de un paciente que habí­a fallecido en muerte cerebral. Dí­as después se hizo público que se transplantó con éxito uno de los riñones y una de las córneas.

Este hecho es uno más los miles que se producen en España a lo largo del año, paí­s que desde hace18 años tiene la mayor tasa de donación del mundo. En 2009, esta tasa alcanzó los 34,4 donantes por millón de personas, lo que duplica la media de la Unión Europea, con 18,1 donantes. Ese año España superó por primera vez los 4.000 trasplantes y los 1.600 donantes.

En ese entramado de cifras la ciudad de Melilla contribuye con su pequeño aporte que está condicionado por su censo de población y su estructura como urbe. La media anual de esta ciudad es de dos donaciones multiorgánicas sobre una cifra de, al menos, el doble de donaciones potenciales porque hay muchos factores que pueden desaconsejar la extracción de estos órganos: Contraindicación médica; negativa familiar; negativa judicial porque haya un caso abierto; porque el paciente sea desconocido...

Dos décadas de donaciones en el Hospital Comarcal

 

En el proceso participa un centenar de personas de casi todas las unidades del centro hospitalario

 

   El pasado 26 de abril en el Hospital Comarcal de Melilla se procedió a la donación de los órganos de un  paciente que había fallecido en muerte cerebral. Días después se hizo público que se transplantó con éxito uno de los riñones y una de las córneas.

   Este hecho es uno más los miles que se producen en España a lo largo del año, país que desde hace18 años tiene la mayor tasa de donación del mundo. En 2009, esta tasa alcanzó los 34,4 donantes por millón de personas, lo que duplica la media de la Unión Europea, con 18,1 donantes. Ese año España superó por primera vez los 4.000 trasplantes y los 1.600 donantes.

   En ese entramado de cifras la ciudad de Melilla contribuye con su pequeño aporte que está condicionado por  su censo de población y su estructura como urbe. La media anual de esta ciudad es de dos donaciones multiorgánicas sobre una cifra de, al menos, el doble de donaciones potenciales porque hay muchos factores que pueden desaconsejar la extracción de estos órganos: Contraindicación médica; negativa familiar; negativa judicial porque haya un caso abierto; porque el paciente sea desconocido …

Dos décadas

   La extracción de órganos en el Hospital Comarcal de Melilla se realiza prácticamente desde que comenzó a funcionar hace dos décadas. Antes, este servicio se realizaba en la UCI del Hospital Militar.

   El coordinador sectorial de Transplantes de Melilla, el doctor Alberto Levy Aserraf,  recuerda que la primera donación de órganos en el Hospital Comarcal se produjo en abril de 1990, al mes de iniciar su andadura.  Esta primera donación le tocó a él ya que estaba de guardia y, aunque reconoce que la experiencia en nuestra ciudad era escasa, se siguió correctamente el protocolo: “todo el hospital trabajó adecuadamente; todos los equipos implicados tanto en el mantenimiento, la valoración y en  la extracción de órganos y tejidos realizaron su labor como se esperaba de ellos”. Una vez que se consiguió la citada extracción y transplante con éxito, se planteó la posibilidad de que un facultativo del servicio de Cuidados Intensivos realizase un curso de formación en esta especialidad. Levy fue seleccionado y estuvo en Barcelona realizando un curso de integración para la donación, mantenimiento y extracción de órganos y tejidos. Es por ello que desde entonces es el coordinador sectorial de Melilla.

   Al principio, la mayoría de donaciones se realizaban a través de pacientes fallecidos en accidentes de tráfico que solían ser jóvenes y sus órganos estaban en perfectas condiciones. Afortunadamente, desde que se aprobó la nueva ley de seguridad vial, el número de accidentes mortales de tráfico disminuyó y tuvo sus consecuencias en el origen de los posibles donantes. Si antes el  20 % de los pacientes procedían de accidentes vasculares cerebrales y el 80 % de accidentes de tráfico, en los últimos años se ha invertido la relación.
 

unidad de transplante

Equipo de uno de los turnos de la Unidad de Cuidados intensivos

 

"La primera donación de órganos
en el Hospital Comarcal
se produjo en abril de 1990"

 

    Es a partir de estas consideraciones cuando se empezaron a valorar posibles donantes que antes se descartaban como no idóneos, en comparación con los órganos de pacientes más jóvenes procedentes de accidentes de tráfico, ya que también las listas de espera crecían. Se comenzó a trabajar con donantes de mayor edad, dándose el caso en Melilla de llegar a tener un donante de más de 90 años y, según consta, el receptor se encuentra perfectamente después de haber pasado diez años desde el trasplante.

El proceso de transplante

   En el proceso de donación de órganos y transplantes en Melilla, que comprende el mantenimiento del donante, extracción de órganos y su envío a la península, participan alrededor de cien personas procedentes de casi todos los departamentos y unidades del Hospital Comarcal. Lógicamente, la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI)  es la que tiene mayor implicación porque, en primer lugar, se dedica a intentar solventar la patología del paciente, tratarlo para que “salga adelante”. Una vez que esto no es posible, ya que su mala evolución avoca a un fatal desenlace, se tienen que realizar todas las comprobaciones de muerte encefálica. Este es un proceso complicado y extenso, en el que se implican varios departamentos del hospital, cumpliendo todos los requisitos del protocolo que fija la ley de diciembre de 1999.

   En el momento en que se observan signos claros de que el paciente atraviesa una situación clínica sugerente de “Muerte Encefálica”, el equipo médico se plantea qué tipo de pruebas específicas hay que realizarle para comprobar si hay muerte cerebral (de imagen, electrofisiológicas para comprobar si hay actividad cerebral…).  Una vez que se confirma la muerte cerebral, a las seis horas hay que realizar una segunda prueba de confirmación. Asimismo, en este tiempo hay que realizar al posible donante toda una serie de pruebas para comprobar si su organismo está en condiciones para poder donar órganos y si no tiene alteraciones orgánicas, infecciosas, o cualquier otra patología que lo impida.

   En la espera de resultados se procede al mantenimiento del posible donante ya que los órganos terminan por degenerarse por propia naturaleza. Por ello, a través de determinados procesos, se mantiene el cuerpo bien oxigenado y perfundido, con el objeto de que la sangre llegue bien a todas partes con los nutrientes y oxígeno en niveles adecuados. El mantenimiento es una labor no excesivamente difícil para un equipo entrenado; pero sí bastante compleja, debido a que hay que estar, en todo momento, “valorando los parámetros del paciente  a ver si está en condiciones, tanto en la sangre como en los gases arteriales, constantes vitales… un montón de parámetros que hay que seguir para que los órganos se mantengan en condiciones idóneas para su transplante”.
 

unidad de transplante

Inventario de medicamentos y diversos útiles en las dependencias de la UCI

 

El mantenimiento es una labor
no excesivamente difícil
para un equipo entrenado; pero sí bastante compleja, debido a que hay que estar,
en todo momento, “valorando los parámetros
del paciente a ver si está en condiciones,
tanto en la sangre como en los gases arteriales..."

 

Comunicación a la familia y difícil decisión

   Durante  este proceso de conservación, en primer lugar se informa a la familia de que el paciente ha fallecido y se le explica cómo ha sucedido. Se le da un cierto tiempo de reflexión para que asimile la dramática situación. Después se les solicita los órganos y tejidos para su transplante.
 
   Levy destaca el papel que juega la familia del donante  en el desarrollo de todo el proceso: “es un momento muy difícil y reaccionar en tan poco tiempo: primero, la muerte, asumirla y, después, reaccionar ante una petición de órganos y tejidos valorándolo de forma positiva, eso es digno de encomio… es donar todo sin obtener nada a cambio. Eso habla de mucha solidaridad. Melilla es muy solidaria”.
 

   En el momento en que los familiares consienten en que se realice la donación es cuando, verdaderamente,  se activa el procedimiento que se inicia con pruebas y analíticas para conocer con detalle en qué estado están los diferentes órganos. A continuación se informa al hospital de referencia, Carlos Haya de Málaga, al Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, que lleva la coordinación de Andalucía, y a Madrid, a  la Organización Nacional de Transplantes (ONT), de que existe una donación en Melilla con las determinadas características que tiene el ya donante.

   Es un protocolo igual para toda España, país que lo ha exportado al resto del mundo. De hecho en la Conferencia de Madrid sobre donación y trasplante de órganos, celebrada el pasado mes de marzo, como acción de la presidencia española de la UE, se presentó una directiva europea de trasplantes para  mejorar la calidad y cantidad de esta terapia para más de 500 millones de personas.

   La ONT, como cumplimiento a este protocolo,  solicita la confirmación de datos sobre el donante  y si estos son correctos  inicia el dispositivo para llevarlo a cabo, busca el equipo especialista para la extracción de órganos y los receptores idóneos. Estos últimos serán los que mayor afinidad tengan en su estructura orgánica con el donante.
 

unidad de transplante

El doctor Levy comprueba en la pantalla del ordenador las constantes vitales de varios pacientes ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos

Desplazamiento a Melilla

   El equipo de extracción se desplaza cada vez de forma más rápida a Melilla. En este sentido recuerda Alberto Levy que, a comienzos de los noventa, “llamábamos a primera hora de la tarde y las extracciones se hacían de madrugada. Ahora, llamamos a primera hora de la tarde y las extracciones se inician en la misma tarde. Dependiendo de qué órganos y tejidos se extraigan, en dos o tres horas terminan y se marchan con el material generado”. Especifica Levy que cuando el citado equipo extractor llega a sus puntos de destino con los órganos y tejidos generados “todo está preparado, en stand by, los pacientes receptores ya están en los quirófanos”. 

   También explica que existe la denominación “órganos de urgencia cero”, que son aquellos pacientes “que ya han llegado al límite y no aguantan más” y que, posiblemente, les queden pocas horas de vida. Cuando hay una urgencia de este tipo, el primer órgano que se genere en el territorio nacional va para esa persona y cuenta que no hace mucho tiempo aquí se produjo una donación mientras en el hospital Juan Canalejo de La Coruña había una urgencia cero. El receptor estaba ya en quirófano en preparación para el transplante mientras  que el equipo extractor viajaba con los órganos en avión hacia la citada localidad gallega.
 

El dispositivo

   En este dispositivo trabaja, como se ha citado antes, casi todo el centro hospitalario. En primer lugar, el personal de la UCI al completo con el médico de guardia a la cabeza , apoyado por el coordinador ya que “hay tanto trabajo” que cuanto más apoyo, mayor garantía y mayores posibilidades de éxito. En esta unidad se dispone en cada turno de un/a enfermero/a y un/a auxiliar exclusivamente para el mantenimiento del donante.

   El servicio de Neurocirugía y/o Neurología, certifica en última instancia el diagnóstico de  Muerte Encefálica.

   Radiología es otro servicio implicado en el proceso; entra en funcionamiento realizando pruebas de imagen, cerebrales y de distintos órganos, para comprobar su estado.

   Otro pilar fundamental es el servicio de Laboratorio porque “se le acribilla a trabajo”. El rendimiento es muy bueno y, señala Levy, a veces los equipos extractores se sorprenden de que los resultados del Laboratorio del Hospital Comarcal de Melilla “se obtengan de forma tan rápida … ya que solicitamos muchísimas pruebas para descartar diferentes patologías: VIH, sífilis, toxoplasma, …” .
 

   El siguiente pilar está en Quirófano pues tiene que participar buena parte de su personal: el anestesista en el mantenimiento del donante y  dos diplomados en enfermería y dos auxiliares que ayudan al equipo extractor. En cuanto a la extracción de córneas, corresponde al equipo Oftalmológico del Hospital Comarcal.

   Además de estos servicios, hay otro personal que también forman parte del dispositivo: Cardiología que realiza ecografías y valora en qué condiciones está el corazón; el 061 tiene que trasladar al equipo extractor desde el aeropuerto al Hospital Comarcal; los celadores tienen que llevar toda la carga del equipo extractor al quirófano y, junto a los auxiliares,  atender sus necesidades.

   La  cocina también está implicada para tener un detalle con el equipo extractor “qué menos que un bocadillo”, algún café o zumo. Asimismo, tiene que preparar mucho hielo para tener los órganos bien enfriados y evitar el deterioro metabólico en las pocas horas que dura el viaje.

   Sin el/la telefonista las comunicaciones no serían posible porque, a veces, el coordinador puede tener cuatro o cinco llamadas a la vez: “el de Málaga, el de Sevilla, el servicio tal te está pidiendo tal cosa,… el de Madrid te pregunta  en qué condiciones está el donante,… mucha gente”.

   El éxito del proceso radica en que todo debe estar estructurado y seguir el protocolo correspondiente: lo que tiene que hacer cada uno en cada momento…

   Es una maquinaria engrasada que ha ganado con la experiencia “aunque la primera vez también salió muy bien”, sentencia Levy.


unidad de transplante

Una de las habitaciones de la UCI

 

El éxito del proceso radica
en que todo debe estar estructurado
y seguir el protocolo correspondiente:
lo que tiene que hacer cada uno en cada momento…

 

                              Texto y fotos: Miguel Gómez Bernardi

 

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