Área Sanitaria de Melilla

ELA Una enfermedad maldita

21-jun-2012

Hoy se celebra el Dí­a Mundial de la Esclerosis Lateral Amiotrófica

Hoy jueves, 21 de junio, se celebra el Dí­a Mundial de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad degenerativa del sistema nervioso de carácter progresivo que ataca a las células encargadas de controlar los músculos voluntarios y evoluciona hasta llegar a la parálisis completa.

La Sociedad Española de Neurologí­a (SEN) estima que en España padecen ELA unas 2.500 personas. Se ha calculado un riesgo del uno por mil de desarrollar la enfermedad a lo largo de la vida. En Melilla, dentro de ese procentaje, en la actualidad hay menos de diez casos diagnosticados como tal.

De la ELA, también denominada enfermedad de Lou Gehrig y, en Francia, enfermedad de Charcot, no se conocen las causas, aunque se estima que un 10% de los casos tienen un origen hereditario y es una enfermedad un poco más habitual en hombres que en mujeres.

Aprovechando la celebración como excusa para recordar el sufrimiento de las personas afectadas, la Dirección Territorial del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA) señala que es una enfermedad que conlleva una grave discapacidad y un elevado grado de dependencia y que, asimismo, necesita la atención de varios facultativos especialistas (neurólogo, neumólogo, digestivo... etc) para su tratamiento y el apoyo también en rehabilitación y logopedia.

Sobre la situación de las personas afectadas por esta enfermedad en Melilla, el neurólogo del Hospital Comarcal, Jesús Romero Imbroda señala que, quizás, en esta ciudad se dan algunas ventajas con respecto a otros lugares de España debido, principalmente, a que no existen distancias para poder acudir a los diferentes especialistas o poder realizar rehabilitación, "esos traslados que, conforme avanza la discapacidad, son dificultosos, en un lugar como Melilla son más fáciles y el seguimiento se hace de forma más estrecha que en cualquier lugar de Andalucí­a, por ejemplo". En cuanto a limitaciones, apunta que "son las de cualquier lugar: que es una enfermedad que no tiene cura. Hay tratamientos, según los sí­ntomas que van apareciendo a lo largo de la enfermedad, pero no son curativos. Esa es la desesperanza de esa enfermedad maldita que tiene una esperanza de vida de tres años y medio desde el diagnóstico"

La discapacidad progresiva conlleva que toda la familia se tiene que implicar en la atención de la persona afectada y también se requiere la ayuda de los servicios sociales porque, a veces, "necesitan dispositivos que son caros". Por ejemplo, desde una silla motorizada para poder desplazarse; elementos informáticos que puedan transmitir a través de la vista lo que desea comunicar la persona enferma; o máquinas de oxí­geno que permitan la respiración durante las horas nocturnas.

En cuanto al posible freno del desarrollo de la enfermedad, Romero Imbroda comenta que "sólo hay un fármaco pero con una eficacia modesta. Eso es lo que tenemos al dí­a de hoy".

Quizás el mayor problema viene dado del retraso que suele tener su diagnóstico porque es una enfermedad que, en su proceso inicial, los sí­ntomas son difí­ciles de diagnosticar, hasta que llega a la consulta de neurologí­a porque se puede confundir con otras patologí­as como pinzamientos, hernias,.. etc.

Con respecto al aspecto humano de tratar este tipo de enfermedad, Romero Imbroda comenta que "en este trabajo tienes que dejar las emociones a un lado y, a veces, es el paciente el que te anima a ti. Nuestra función es acompañar al paciente a lo largo de su enfermedad, entendiendo todas las complicaciones que presenta, anticipándote,...".

En este aspecto apunta que se siente en la obligación de buscar nuevas soluciones, tratamientos, y, sobre todo, "estar alerta por si, a nivel nacional o internacional, hay un ensayo clí­nico en el que se esté probando un fármaco, que pueda beneficiar a nuestro paciente, para ofertárselo". No obstante, advierte que otra de las funciones del médico en estos casos es "proteger a los pacientes de soluciones milagrosas pues cuando uno no tiene esperanza se agarra a lo que sea". En este sentido avisa que en Internet hay muchas ofertas que no tienen soporte cientí­fico y prolifera la charlatanerí­a con ciertos intereses lucrativos.

Guí­a ELA

Hoy, coincidiendo con el Dí­a Mundial de la ELA, el Sistema Andaluz de Salud presenta en Sevilla dos manuales de atención sanitaria a las personas con ELA: Al Lado ELA y Guí­a Asistencial de ELA. En este último documento ha participado el neurólogo melillense Jesús Romero Imbroda con un capí­tulo sobre el diagnóstico de la enfermedad y cómo transmitir la información al paciente y su familia.

Por otro lado, hay que destacar que del 9 al 13 de julio, dentro de los cursos de verano que organiza la Universidad de Granada, se va a desarrollar uno, que coordina Jesús Romero Imbroda, sobre la atención multidisciplinar a las enfermedades neurodegenerativas, entre las que se encuentra la ELA.

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