19-nov-2024
El artículo 20 de la Constitución Española reconoce y protege el derecho a comunicar información veraz; no información a secas, no cualquier información, sino, precisamente, información veraz. El mismo precepto constitucional consagra el derecho fundamental a expresar libremente opiniones, mas tal derecho, por sí mismo, no insufla a lo expresado rigor o sensatez; depende en cada caso: generalmente, las opiniones reflejan percepciones e ideas más o menos elaboradas racionalmente y expuestas con mayor o menor claridad y precisión, pero también sucede que, a menudo, como es notorio, lo opinado no pasa de ser una mera ocurrencia, un compendio recauchutado de postulados acientíficos y magufos, o, en fin, simplemente, una sarta de recurrentes majaderías para llamar la atención y poco más. Todos tenemos el mismo derecho a opinar, desde luego, pero no todas las opiniones tienen el mismo valor, sencillamente, porque la verdad y la mentira no valen lo mismo.
El Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA), desde el absoluto respeto al derecho de cada cual a opinar lo que le convenga, considera un deber cívico, ético y legal, proporcionar a la ciudadanía información precisa y contextualizada, desmintiendo, cuando fuere necesario, las inexactitudes y bulos que -como hemos visto muy recientemente con ocasión de la DANA sufrida en el Levante español- embarran la convivencia social y amenazan el progreso de nuestro país.
Por ello, en relación con ciertas opiniones difundidas por una representante del partido político Vox en Melilla, es preciso conocer cuanto a continuación se expone:
PRIMERO.- Frente a la afirmación de que se realizan inversiones en equipamiento innecesario mientras no se repone el instrumental quirúrgico, el cual se vendría usando desde hace más de tres décadas -las transcurridas desde la construcción del Hospital Comarcal-, es preciso subrayar, en primer lugar, que todo el equipamiento adquirido y en trámite de adquisición, que efectivamente es mucho, resulta necesario para la actividad asistencial en un hospital moderno como lo será el nuevo HUME, si bien es comprensible que no todas las personas posean los conocimientos técnicos precisos, en todas las áreas asistenciales, para valorar en toda su extensión tales avances tecnológicos.
Es una evidencia que todas las adquisiciones que se realizan en el Área Sanitaria de Melilla responden a una necesidad asistencial contrastada; no en vano, en estricto cumplimiento de la legalidad vigente, toda compra ha de ir precedida del correspondiente informe de justificación de su necesidad. La experiencia demuestra que en ocasiones, en el conjunto del Sistema Nacional de Salud, existen reticencias ante mejoras tecnológicas muy disruptivas que, aunque indudablemente redundarán en beneficio de toda la población, también suponen un esfuerzo adaptativo para algunos profesionales que se ven impelidos a salir de su espacio de confort, otras veces esas reticencias han obedecido a motivaciones particulares menos respetables pues la mejora de equipos en la sanidad pública dejaba obsoletos los añejos equipamientos de la oferta privada que, de esa forma, corría el riesgo de perder clientela.
El INGESA antepondrá siempre, como no puede ser de otra forma, el interés general de la ciudadanía y del servicio público a cualquier consideración partidista.
Por otra parte, respecto del instrumental quirúrgico, en concreto, debe saberse que el Hospital Comarcal de Melilla dispone de más de 7.500 piezas de instrumental, necesarias, entre otras funciones, para la actividad quirúrgica en especialidades como Cirugía General, Traumatología, Oftalmología, Toco-ginecología, Otorrinolaringología o Urología, entre otras. Dicho instrumental se renueva permanentemente conforme a la práctica asistencial ordinaria incorporada en los protocolos de trabajo –tanto en el Hospital Comarcal de Melilla como en el resto de hospitales del Sistema Nacional de Salud- para el mantenimiento y reparación de las piezas de instrumental así como para su reposición de forma permanente con el objetivo de garantizar en todo momento la actividad y continuidad asistencial. Prueba de ello es que, en ese ciclo de renovación continua, tan sólo durante el último trienio, 2021-2024, se han invertido más de 180.000 euros en la reposición de más de 1.400 piezas de instrumental quirúrgico. Por otra parte, desde hace meses un equipo multidisciplinar trabaja en la elaboración de un complejo expediente de contratación que permita seguir renovando permanentemente dicho instrumental mediante un nuevo catálogo que sea compatible con los modernos sistemas de trazabilidad del instrumental quirúrgico instalados en el servicio de Esterilización Central del nuevo Hospital Universitario de Melilla.
Lo que no va a hacer el INGESA es renovar el equipamiento en base exclusivamente a informes de conveniencia: qué es necesario reponer y el ritmo de dicha reposición es algo que vendrá objetivamente determinado, no por intereses ajenos o de parte.
El nuevo Hospital General Universitario de Melilla (HUME) es un edificio moderno de 45.000 metros cuadrados que incorpora los últimos avances en materia de sostenibilidad y la tecnología sanitaria más vanguardista, una obra que ha supuesto una inversión superior a 100 millones de euros con cargo al Programa Plurirregional de España FEDER 2021-2027. Gracias a los Fondos Europeos, Melilla dispondrá de un nuevo Hospital que contará con servicios de última generación como la Resonancia Magnética, la UCI pediátrica, la Sala de Hemodinámica, o el equipo de Cirugía Robótica, colocándose el Hospital Universitario de Melilla a la vanguardia del país a nivel asistencial. El equipamiento del Hospital se financia con fondos PRTR por importe de 28.546.226,70 de euros, de los cuales se han ejecutado en anualidades anteriores un total de 5.816.051,69 de euros y se prevé ejecutar 22.730.175,01 de euros en 2024.
SEGUNDO.- Respecto de las críticas realizadas a la titular del Ministerio de Sanidad por haber pedido la fidelización del personal MIR que finalizaba su periodo de formación mediante de residencia, parece honrado reconocer al menos dos extremos: uno, que tal aspiración fidelizadora liderada por la Ministra de Sanidad del Gobierno de España es un anhelo compartido por la comunidad gestora de todos los servicios de salud; dos, que Ceuta y Melilla han logrado ser, precisamente, las áreas de salud donde la fidelización de los médicos que finalizan su residencia es mayor, liderando Melilla tal estadística en el conjunto de España.
Efectivamente, el 78% de los médicos internos residentes (MIR) que han finalizado su formación mediante dicha vía en las unidades de docencia especializada de Ceuta y de Melilla continúan prestando servicios en nuestros centros e instituciones sanitarias de dichas áreas. Tal porcentaje es, de largo, el más elevado de todo el Sistema Nacional de Salud.
En Ceuta se ha alcanzado este año 2024, de nuevo, una extraordinaria fidelización de dos tercios, siendo de justicia, pues, destacar el esfuerzo realizado para incrementar el número y la capacidad de las Unidades Docentes con las que cuenta el área de Ceuta, en las que hasta la fecha se han formado 33 médicos especialistas, de los cuales 22, un 67%, han sido contratados por la Gerencia ceutí de Atención Sanitaria, lo que ha supuesto que una mayoría tan absolutísima de los residentes que han finalizado su formación hayan optado por desempeñar su labor asistencial en dicha ciudad.
Por su parte, en la ciudad de Melilla dicho porcentaje ha sido del 100%: todos los médicos internos residentes que han finalizado su residencia en 2024 han continuado trabajando en Melilla, evidenciándose con ello el enorme valor como incentivo de la autosuficiencia formativa.
TERCERO.- Respecto a las declaraciones en las que se reitera, cual mantra interminable, la genérica exigencia de que se materialice el reconocimiento de la ciudad como territorio de difícil cobertura (“El PSOE aprobó la declaración en febrero de 2023 y aunque sigue al frente del Gobierno central no ha puesto dinero para suplir el déficit de médicos de Melilla”), resulta obligado recordar que Ceuta y Melilla no han sido declaradas áreas de difícil cobertura, sino que lo que la disposición adicional tercera del real Decreto 118/2023, de 21 de febrero, configura como de difícil cobertura son, con carácter general, los puestos de trabajo de personal sanitario del INGESA en Ceuta y Melilla. En particular, el pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) estableció, en fecha 17 de marzo de 2023, los criterios para que un puesto concreto pueda ser declarado de difícil cobertura, entre ellos, la distancia o tiempo de desplazamiento al centro hospitalario de referencia; el número de pacientes; la densidad de población, el índice de envejecimiento de la zona donde se preste el servicio, o la no cobertura de plazas y puestas en las últimas convocatorias de ofertas de empleo público, entre otros. Tales criterios no se cumplen, desde luego, en todos los puestos de trabajo de personal sanitario del INGESA en Ceuta y Melilla, la cobertura de muchos de los cuales, por el contrario, es altamente demandada precisamente por ser sus condiciones retributivas superiores a las del resto de España.
La declaración genérica de los puestos asistenciales como de “difícil cobertura” no puede verse como el automático preludio a un incremento indiscriminado y sin medida de las retribuciones en todos los casos, a costa del erario público, a costa de los impuestos que satisfacen, con su esfuerzo, el resto de la ciudadanía. Las mejoras deben realizarse con precisión, han de ser eficaces y, por supuesto, presupuestariamente sostenibles.
Las condiciones laborales y retributivas para los médicos de Ceuta y Melilla no son equiparables a las de la península, son mejores: es una evidencia objetiva, bien conocida en el Sistema Nacional de Salud, que las retribuciones netas del personal facultativo en Ceuta y Melilla son las más altas de España, con una diferencia también significativa, por superior, respecto de territorios igualmente extra peninsulares como las comunidades autónomas de Islas Baleares y Canarias. Por ello, la situación no sólo no se ha deteriorado desde la entrada en vigor del Real Decreto 118/2023, sino que, por el contrario, si al número de efectivos de personal médico nos referimos, el saldo neto de facultativos especialistas en Ceuta y Melilla es positivo.
No obstante, el INGESA seguirá trabajando para alcanzar en la Mesa sectorial los acuerdos que sean precisos, diseñando medidas organizativas y mejorando las condiciones laborales, en aras del bien común.
INGESA existe para proporcionar una atención sanitaria de calidad a toda la ciudadanía de Melilla y seguirá trabajando para optimizar los servicios y recursos disponibles, con el deseo de que, desde la responsabilidad cívica y el sentido común, se pueda construir un clima de colaboración constructiva en beneficio del interés general.
Frente al tremendismo destructivo, el INGESA contrarrestará con firmeza y datos contrastables cualquier información engañosa o falsa sobre el servicio público de salud de Melilla.